Estados Unidos comienza la construcción de un nuevo juego de esclusas que permitan el tránsito de buques comerciales y de guerra, ya que las esclusas anteriores no tenían las dimensiones suficientes. Sin embargo, la guerra frustró el proyecto.
Pero la ampliación también va a tener efectos planetarios. La entrada en funcionamiento de la nueva arteria del canal supondrá una de las mayores innovaciones en la navegación mundial desde que se inauguraron los dos primeros juegos de esclusas hace un siglo. El 6% del comercio global recurre actualmente a este paso para llegar a su destino, y la cifra crecerá con el tercer paso.
También se elevará el tamaño de los barcos que cruzan de océano a océano por el Canal. Los mercantes clase Post-Panamax surcan los mares desde 1988 con dimensiones demasiados elevadas (385 metros de eslora frente a los 294 metros de los Panamax) para las dos esclusas actuales. El tercer juego salvará ese problema, incrementando la capacidad de transporte de la ruta hasta los 14.000 contenedores por barco, un cambio que removerá los cimientos en los que se ha asentado durante décadas el flujo marítimo mundial de mercancías.
El acuerdo Torrijos-Carter
Firma del acuerdo Torrijos-Carter: Los presidentes de Panamá y Estados Unidos, Omar Torrijos y Jimmy Carter, firman el acuerdo que permitió que en 1999 acabara de forma definitiva la ocupación americana del Canal de Panamá.
Ampliación del Canal
En un segundo intento por construir el tercer juego de esclusas, una comisión formada por Panamá, Japón y Estados Unidos comenzó a debatir el proyecto, pero esta vez tampoco salió adelante.
Referéndum
Finalmente, el Gobierno de Panamá convoca un referéndum para que los habitantes del país se pronuncien sobre la ampliación de la infraestructura. El sí a la obra ganó de forma aplastante.
Inicio de las primeras pruebas
Comienza el llenado controlado de las primeras cámaras de las nuevas esclusas para comprobar el funcionamiento de las compuertas que permitirán el cruce de un océano a otro de buques clase Post-Panamax
La ampliación implosionó en 2013 con un cruce de reclamaciones entre las compañías del consorcio y las Autoridades del Canal por discrepancias en el diseño de las especificaciones técnicas del pliego de condiciones y en el coste que debían implicar esas variaciones. La obra estuvo a punto de descarrilar y obligó al Gobierno de Mariano a Rajoy a implicarse directamente en la búsqueda de un acuerdo que finalmente llegó y permitió avanzar en la ejecución. El pasado mes de junio, comenzó la inundación controlada de las cámaras de esclusas para iniciar las pruebas con las compuertas. La infraestructura será entregada el próximo mes de febrero al gestor y, dos meses después, será inaugurada. El reto ha sido mayúsculo pero las consecuencias de la ampliación lo serán aún más.