A día de hoy, el debate laboral en nuestro país se estructura en torno a dos preguntas: por una parte, ¿dónde está el empleo?; por otra, ¿dónde está el empleo estable, sostenible y de calidad?
Porque, aunque la mera creación de empleo -sea del tipo que sea- pueda constituir algún tipo de salvoconducto que nos consuela a nivel social, lo cierto es que también parece lógico debatir sobre la verdadera calidad del empleo que se está creando en nuestro país.
Y es ahí donde surgen las grandes preguntas: ¿dónde está el empleo de calidad? ¿En qué sectores se encuentra? ¿Qué destrezas y aptitudes pueden ser las idóneas en un profesional para que pueda optar a un empleo de este tipo? ¿Hasta qué punto internet y las nuevas tecnologías constituyen una receta perfecta para conseguir un empleo?
Es una de las preguntas que más se hacen los jóvenes (y sus padres) a la hora de dirigir sus estudios y su carrera profesional: ¿en qué sectores hay más presente y futuro a nivel laboral? ¿Cuáles son los que ofrecen mejores tendencias a nivel de calidad del empleo e interés del propio sector?
Y claro, a la hora de conseguir un empleo estable y de calidad hay un factor clave: el nivel formativo (básico, superior…) y, sobre todo, la materia o sector en el que cada cual se ha formado. Una decisión que se toma a una edad medianamente temprana, pero que acaba siendo decisiva a la hora de prever el nivel de empleabilidad y la calidad del empleo al que se pretende aspirar.
Por ello, las posibilidades de conseguir un empleo en función de lo estudiado acaban convirtiéndose en el factor más importante y más tenido en cuenta por los millones de españoles que cada año eligen una u otra carrera universitaria a partir de la cual empezar a construir su propio futuro laboral.
Y en este sentido, hay carreras y carreras: desde el éxito de los estudios de Medicina o Radioelectrónica Naval (en su segundo ciclo), con un 100% de ocupación laboral, hasta el escasísimo éxito de la diplomatura de Turismo (15%) o la de Relaciones Laborales (21%).
Es una de las obligaciones del mundo laboral actual, por dos motivos. En primer lugar, porque internet es el ecosistema principal de todas las empresas digitales; en segundo, porque incluso las compañías tradicionalmente offline están virando hacia el entorno digital para aumentar, desde ahí, su nicho de posibles clientes y sus oportunidades de negocio.
La especialización laboral es una buena receta para destacar en una parcela determinada, pero ya no basta con eso. A día de hoy, las empresas son cada vez más interdisciplinares y sus nichos de negocio más diversos. Por eso cada vez son más las compañías que necesitan perfiles multitarea; no porque necesariamente un empleado se vaya a encargar de hacer cosas muy distintas, sino porque en su día trabajará mano a mano con perfiles muy distintos al suyo que, como poco, debe saber entender.
Frente a las tradicionales estructuras verticales, en las que los trabajadores sólo mantenían contacto con otros empleados inmediatamente superiores o inferiores, las dinámicas laborales actuales implican cada vez más la necesidad de que distintos departamentos trabajen de la mano. Por eso, el empleado ya no tiene que ser experto en su propia tarea: como poco, tendrá que conocer y entender la de las personas que trabajarán a su lado.
El auge de la moda emprendedora ha traído consigo un perfil interesante dentro del modelo laboral español. Nos referimos al intraemprendedor, una figura cada vez más frecuente en grandes empresas que, ante las dificultades de su propia logística interna a la hora de innovar, se encarga de lanzar nuevos proyectos, área o nichos de negocio dentro de la compañía.
Partiendo de una situación de paro o búsqueda de un primer empleo, conseguir una entrevista de trabajo puede ser una gran noticia… pero también un proceso bastante estresante, dada la trascendencia del momento.
Por eso, siempre conviene prepararse a conciencia cada momento del proceso, y eso es lo que pretende la lista de veinte claves elaboradas con la colaboración de Lola Marcos, directora de Selección de Accenture. En ningún caso te garantizará el éxito en la entrevista, pero sí te ayudará a sobrellevarla con más calma:
1.- Revisa bien tu CV. Si llevas tiempo buscando empleo, es posible que te sepas tu CV de memoria. Sin embargo, ten en cuenta que aquellos puntos de tu CV que a ti te dan igual quizá llamen la atención de tu entrevistador. Revisa todo tu perfil y piensa en aquellos puntos sobre los que te puedan preguntar.
2.- Infórmate sobre la compañía. Seamos sinceros: seguramente no estés ante la empresa de tus sueños y has mandado tu CV a muchas otras, pero eso no es excusa para no informarte sobre la empresa que te va a entrevistar. Por eso, estúdiala bien: a qué se dedican, si trabajan en un sector o en varios, qué cosas han hecho, etc.
3.- Estudia bien el puesto. Incluso aunque la oferta no detalle muy bien qué trabajo exacto vas a hacer, es probable que en internet encuentres información genérica sobre el tipo de empleo al que optas. Analiza bien toda la información que puedas encontrar, ya que puede serte de mucha ayuda.
4.- Conocimientos y titulación. Una pareja aparentemente contradictoria, pero muy bien avenida. Ante todo céntrate en los títulos oficiales que has obtenido, evidentemente, pero tampoco deseches del todo aquellos conocimientos que, aun sin título por delante, hayas podido adquirir en este tiempo.
5.- Habilidades y competencias. Por suerte para todos, la época de la excesiva titulitis está llegando a su fin. Las empresas siguen teniendo muy en cuenta tu formación académica, por supuesto, pero cada vez van fijándose más también en las habilidades que puedas demostrar. Y tendrás que dejarlas ver en una entrevista de pocos minutos, así que asegúrate de enseñarlas de la mejor manera posible.
6.- Puntos fuertes. Como habrás adivinado, seguramente quieran conocer tus puntos fuertes, una pregunta tan típica… como medianamente peligrosa. Nunca dejes este punto a la improvisación. Si tienes muy identificados tus puntos fuertes, no dudes en mostrarlos. Sin arrogancia, pero con firmeza.
7.- Puntos débiles. Y claro, si te preguntas por tus puntos fuertes… también te preguntarán los débiles. Y aquí, lo sentimos, ya no vale decir eso de que tu mayor defecto es que eres “muy perfeccionista”. Si decides ser sincero y contar tus puntos débiles, preocúpate antes de pensar en posibles ‘soluciones’ para esos defectos.
8.- Lenguaje corporal. Seguramente te parezca un punto algo frívolo, pero ten en cuenta que tu entrevistador va a tener muy pocos minutos para evaluarte, así que cualquier detallito puede ser más importante de lo que cabría esperar. En la medida de las posibilidades, y aunque sabemos que no es fácil, intenta mantener un equilibrio entre estar quieto como un árbol y no parar de gesticular.
9.- Contacto visual. Otro punto bastante frívolo, pero igualmente importante. Si tu entrevistador está acostumbrado a que la gente le mire a los ojos, si tu mirada se va despistando por nervios o por timidez… no será tu mejor aliada.
10.- Relájate. Lo sabemos, esto no es nada fácil, pero de verdad: inténtalo. Piensa que, sea justo o no, tu entrevistador seguramente juzgue de manera negativa el hecho de que estés nervioso. Partiendo de ello, intenta estar lo menos nervioso y más relajado posible. No sólo por tu entrevistador, sino también por ti: si te ven relajado, es más probable que la conversación se alargue (y eso siempre te beneficiará).
11.- Cuida el lenguaje. Con esto no queremos decir que no digas palabrotas (que es una obviedad) ni que mantengas unos correctos modales británicos, sino que sepas adaptarte a cada contexto. Intenta analizar la forma de hablar de tu entrevistado y, en la medida de tus posibilidades, intenta adoptar su mismo código.
12.- Tareas y responsabilidades. Si quieres el puesto sí o sí, seguramente estés dispuesto a llevar a cabo cualquier tipo de trabajo y a asumir todo tipo de responsabilidades. Sin embargo, preguntar por estos dos aspectos en la entrevista de trabajo puede ser muy positivo: no sólo por ti -obtendrás más información-, sino también por el entrevistador -que seguramente valore que quieras conocer los detalles del trabajo-.
13.- Salario. Acabemos con este mito de una vez: preguntar por el salario no sólo es lícito, sino también lógico. Vale, quizá no haga falta preguntar por él a los cinco minutos de la entrevista, pero, una vez que hayas obtenido todos los detalles relativos al puesto, puedes preguntar por tu remuneración.
14.- Respuestas breves. Responder de manera breve y escueta no sólo te beneficiará a ti, también a tu entrevistador. A tu entrevistador, porque podrá analizar todo lo que le dices de manera mucho más esquemática y organizada. Y a ti, porque si consigues no enrollarte correrás menos riesgo de liarte, perder el hilo, no saber por dónde ibas…
15.- No hables mal de…Es una obviedad, pero conviene no olvidarla: si tuviste un pésimo jefe en el pasado… ni se te ocurra criticarlo. No hace falta que te digamos que esa crítica no te dejará en muy buen lugar, ¿verdad?
16.- Anécdotas, ejemplos… Las anécdotas y ejemplos siguen siendo varios de los mejores recursos pedagógicos que existen. Si le estás contando a tu entrevistador que eres experto en tal cosa y tienes alguna anécdota que lo demuestre, no dudes en contársela. Seguramente os relaje a ambos y, además, te colocará como una persona comunicativa.
17.- ¡Enhorabuena! ¡Enhorabuena, te lo mereces! Ahora, ya sabes: a poner en práctica todo lo que sabes y a causar la mejor reputación profesional entre tus jefes y compañeros.
18.- Mantén el contacto. Si no te han cogido, seguro que mantener el contacto con tu entrevistador es lo último que te apetece en el mundo. Sin embargo, no te des del todo por vencido: si ambos estáis presentes en alguna red profesional como Linkedin, manténlo como contacto. Ojo, nunca se sabe…
19.- Analiza posibles errores. Si no te han cogido para el puesto, no tiene por qué haber sido culpa tuya. Sin embargo, cuando hayas recuperado el ánimo, intenta recordar todo lo sucedido en la entrevista. Cuando estés más calmado, intenta analizar si hay algo que pudiste hacer un poco mejor.
20.- Vuelta a empezar. Buscar trabajo es una tarea muy dura, qué duda cabe. Sin embargo, como ya hemos dicho, que no te cojan no quiere decir que no valgas para ello. Tras el bajón inicial (totalmente comprensible), intenta recuperar fuerzas cuanto antes y vuelve a la carga.
Dentro de las aptitudes antes mencionadas, hay una que destaca especialmente por encima de todas las demás: la digitalización. Y es que hace tiempo que ser un profesional digitalizado dejó de ser una opción o una ventaja competitiva para convertirse casi en una verdadera obligación.
Y es que la economía digital cada vez mueve un volumen de negocio más visible, con lo que todas las empresas procuran estar inmersas dentro de este nuevo ecosistema en busca de nuevas vías de negocio que puedan mejorar sus cuentas.
En este sentido, los perfiles digitalizados se tornan cada vez más necesarios. Así lo demuestra un reciente informe publicado por Linkedin y en el que la red social publicó las 25 aptitudes profesionales más demandadas en todas las ofertas laborales albergadas en 2014 en su plataforma. Un ranking en el que las destrezas digitales ganan por goleada.
Sin embargo, y pese al visible aumento de la necesidad de este tipo de destrezas y empleados digitales, nos encontramos con un problema: la demanda de profesionales digitales crece a un ritmo muy superior al de la implantación y popularización de la formación en dichas destrezas. Es decir, que cada vez hay más empresas que necesitan empleados digitales… pero la formación en estas competencias crece a un ritmo demasiado lento.
De hecho, según la Grand Coalition for Digital Jobs, impulsada por la UE, en el año 2020 en Europa podría haber más de 825.000 empleos digitales sin cubrir, debido, básicamente, a que las empresas europeas necesitarán empleados con un nivel de formación digital que la mayoría de profesionales, a día de hoy, aún no poseen.
Al final, esta situación acaba dibujando un llamativo escenario marcado por una intensa bipolaridad: por un lado, el interés de todos los países a la hora de reducir lo máximo posible sus cifras de paro; por otro, sin embargo, la aparente existencia de vacantes profesionales para las que muchas empresas, en principio, no encontrarán personal lo suficientemente cualificado.
Pero, ¿cuáles son esas profesiones digitales cuya oferta formativa aún es más escasa de lo que debería? ¿Cuáles son esos empleos que a día de hoy ya están definiendo las nuevas profesiones que van a marcar nuestro ámbito laboral en torno a internet?
Son algunas de las preguntas a las que intenta responder Inesdi, la escuela de negocios digital que anualmente elabora un completo informe en el que muestra y analiza los nuevos puestos de trabajo que está creando la economía digital en todo el mundo. Son los siguientes:
En los continuos debates sobre la calidad de la enseñanza y la formación superior en nuestro país, continuamente se repite una queja relevante: la aparente separación entre lo que enseñan los centros educativos y lo que parece demandarse en el mercado laboral. Es decir, que lo que las empresas piden a sus empleados en ocasiones tiene poco o nada que ver con lo que los trabajadores han aprendido en la universidad.
En este sentido, tanto la educación pública (quizá en mayor grado) como la privada (quizá en menor) han acabado adoleciendo del mismo pecado: por una parte, no ser lo suficientemente veloces a la hora de adaptar sus contenidos a la evolución de las destrezas y conocimientos laborales que las empresas reclaman.
Por otra, el hecho de que, aunque sepan adaptarse a los cambios en los nuevos modelos laborales, los gobiernos no reconozcan estos nuevos conocimientos y estas nuevas profesiones digitales dentro de sus títulos oficiales, con el consiguiente perjuicio para los centros de formación que sólo ofrecen formación reglada.
Y en mitad de esos dos obstáculos se encuentra el hueco por el que ha conseguido entrar un nuevo modelo educativo: las escuelas de formación digital, que ofrecen a sus alumnos la posibilidades de adquirir unas destrezas y unos conocimientos digitales que a buen seguro les conseguirán un trabajo de calidad pese a haberse alejado de los cauces oficiales de la formación reglada.
Y es que, si nos fijamos en la galería de nuevas profesiones digitales que vimos antes, veremos que casi ninguna de ellas constituye una carrera universitaria ni un título oficial reconocido por el Ministerio de Educación, pero lo cierto es que esas son las destrezas que requieren las nuevas empresas de la economía digital.
Y por ello, las escuelas de formación exclusivamente digital (cuya siguiente lista ha sido elaborada a criterio de El Confidencial) han encontrado un nicho más que visible para las personas que están en paro o que, aun con trabajo, quieren digitalizar su perfil laboral.
El ISDI ofrece a sus alumnos el Master Internet Business (MIB), un master dirigido a profesionales que, ante la proliferación de la economía digital, quieren reciclar sus conocimientos o adaptar sus destrezas y habilidades al nuevo entorno digital que ha inundado todo nuestro sistema productivo e innovador.
internetacademi es la pequeña escuela de formación digital del ISDI. Frente al enfoque del ISDI, quizá más elevado, internet academi ofrece tanto formación de postgrado como breves cursos de introducción a nuevas profesiones del ámbito digital: social media, SEO, SEM, marketing digital…
Junto con el ISDI, una de las primeras escuelas en ofrecer formación exclusivamente digital en España. También ofrece diversos cursos de especialización en varias de las nuevas profesiones y exigencias laborales de los nuevos entornos productivos de la economía digital.
Desde cursos hasta masters, Inesdi es otras de las escuelas que ofrece un amplio catálogo de posibilidades formativas para todos aquellos que quieren especializarse en la economía digital o dar sus primeros pasos en ella.
Foxize School puede ser una opción interesante para aquellas personas que, sin pretender conseguir un título ni gastarse mucho dinero, sí quieran ‘picotear’ en algún nuevo nicho laboral y adquirir algunas de sus destrezas principales a bajo coste. Es una iniciativa que ofrece cursos baratos, breves e introductorios.
Spain Business School es otra de las varias opciones de formación digital que ofrece alternativas casi a todas las escalas: desde el curso de iniciación a social media o ecommerce… hasta un master dirigido a profesionales de nivel más alto.
El punto de originalidad de Startup Academy reside en su enfoque final. Y es que esta escuela tiene varios acuerdos con aceleradoras de startups y compañías tecnológicas para que, en la medida de la posible, recurran a su bolsa de empleo a la hora de contratar nuevos perfiles.
Cuando en el grupo Zed se dieron cuenta de que para su compañía necesitaban profesionales con una formación digital que -a su juicio- no existía en España, crearon U-Tad, una escuela de formación digital que ofrece a sus alumnos formación especializada, sobre todo, en diseño y desarrollo de videojuegos y aplicaciones tecnológicas.
Actívate es una iniciativa creada por Google en la que la compañía de Silicon Valley ofrece todo tipo de cursos online y en español sobre distintos sectores de la economía digital. Su intención es la misma que la del resto de escuelas mencionadas: conseguir que los trabajadores alcancen un cierto nivel de digitalización y tecnologización.
Ecommerce, big data, mobile business… Son sólo algunas de las áreas en la que The Valley Digital Business School, como muchas otras escuelas, ofrece formación orientada al nuevo ecosistema digital.