Puesto fronterizo de Kalanchak, entre la Ucrania continental y la Crimea ocupada. Un vídeo de seguridad muestra cómo varios hombres vestidos de camuflaje cruzan desde la zona ocupada al interior de Ucrania. Acaba de comenzar la invasión.
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03:59 AM
Kalanchak
Ucrania
Todavía no lo sabíamos, pero las 24 horas del 24 de febrero de 2022 iban a cambiar Europa —y el mundo—. La guerra y sus consecuencias se pueden leer a través de la geopolítica, la defensa y la industria militar, energía, cadenas de suministro, alianzas. Pero aquí, en estas primeras 24 horas de caos, pánico y esperanza, lo vemos a través de los ojos de Iuliia, Pavlo, Yuri, Alina o Haiane.
04:50 AM
Moscú
Rusia
El 23 de febrero de 2022, un grupo de funcionarios del Gobierno de Ucrania se reunía para hablar sobre la posibilidad real de que Rusia invadiera Ucrania. Entre ellos estaba Iuliia Mendel, antigua secretaria de prensa del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski. Con su marido, llevaban semanas preparándose para lo que luego fue inevitable. Tenían una maleta hecha y el coche con el depósito lleno por si tenían que salir corriendo.
En el Gobierno, sin embargo, algunos todavía tenían esperanza. “Era un 50-50 entre los que pensaban que Vladímir Putin atacaría y los que pensaban que no habría guerra”, recuerda Mendel.
06:18 AM
Iuliia
“No se puede explicar, de repente te despiertas y escuchas bombas en tu ciudad y toda tu vida cambia”
09:45 AM
Pavlo
“Mi prioridad era proteger a mi familia y a mis amigos. Hicimos todos los planes para evacuarlos y llamé al Gobierno para saber cómo podía ser de ayuda”
05:07 AM
Kiev
Ucrania
Horas después de esa reunión, en Kiev, Mendel se despertaba junto a su marido Pavlo con las primeras sirenas que se escucharon en la capital ucraniana. Rusia estaba bombardeando el país. El objetivo era doble: acabar con las capacidades militares ucranianas, especialmente las aéreas y de defensa antiaérea, y aplastar el espíritu de resistencia de un pueblo acongojado.
“No se puede explicar, de repente te despiertas y escuchas bombas en tu ciudad y toda tu vida cambia”.
Su marido, Pavlo Kukhta, exministro de Economía de Ucrania y exasesor del primer ministro, recibe una llamada que confirma lo que se temía, pero no terminaba de poder creérselo. “Empezamos a llamar a nuestros amigos militares y en el Gobierno para entender la situación”.
Bombardeos masivos y avance ruso el 24 de febrero
Casi todos los ucranianos con los que ha hablado El Confidencial admiten que han olvidado algunos detalles por el estado de shock. En el caso de Iuliia, al miedo de ver un país invadido se añade el miedo personal por su antiguo trabajo como portavoz de Zelenski. “Tenía la imagen en la cabeza de los rusos quitando los tatuajes de la piel a gente viva, y tenía la pesadilla de que pudiera pasarme a mí, de que pudieran torturarme”.
De repente, las páginas web más visitadas eran las de los mapas en tiempo real sobre la posición de los soldados rusos. De repente, todos eran analistas militares, y las carreteras que el Gobierno de Zelenski había ido modernizando para desarrollar el país eran vías rápidas para la llegada de los tanques rusos.
06:48 AM
Kiev
Ucrania
06:50 AM
Bajmut
Ucrania
Los primeros convoyes militares rusos entran por la frontera norte del país. Según los cálculos, los primeros tanques de Putin podían llegar en apenas una hora y media a Kiev. En Bajmut (Donbás), el frente estaba a un tiro de mortero.
Todos los ojos en el este de Ucrania
Haiane Avakian recuerda ese 24 de febrero “como si nunca se hubiera acabado”. Es periodista. Se enteró de la invasión por una llamada, pero para ella no fue una sorpresa. “Sabía que la invasión iba a suceder y tenía las bolsas al lado de la cama con las cosas necesarias que quería llevarme de mi casa. Hice las maletas la noche del 23 de febrero”.
Nunca olvidará lo que llevaba en esas bolsas: ropa de Timofey, su hijo de siete años; álbumes de fotos familiares; libros de primero de primaria; comida de gato; cámara y ordenador, y las novelas gráficas V de Vendetta y 1984, de George Orwell. “Me da vergüenza admitirlo, pero se me olvidó coger no solo ropa de recambio, también ropa interior”.
07:00 AM
Bajmut
Ucrania
Para las 7:00 a. m., Haiane estaba lista y esperando un taxi para huir de Bajmut. “Tenía miedo de que Rusia ocupara la ciudad de forma inminente, y, como periodista proucraniana, tuve miedo de que mi familia pudiera ser víctima de tortura”. 250 kilómetros de Bajmut a Dnipro por el que pagaron 500 dólares.
Los Avakian serían de las primeras familias en empezar su viaje hacia el oeste y huir de las fuerzas rusas en la región del Donbás, el objetivo principal de Vladímir Putin en su “operación especial”. Cuando llegaron a la estación central de Dnipro, todos los trenes estaban llenos y todavía no se habían organizado las evacuaciones. Horas después, pudieron subirse a uno junto con cientos de personas más. “Pasamos el final del día 24 de febrero en un tren que nos llevó al oeste de Ucrania. Solo teníamos un asiento para tres personas de lo lleno que iba”.
Centenares de miles de ucranianos tomaron la misma decisión. En Kiev, Pavlo y Iuliia arrancaban el coche. El viaje que tendría que haber durado cinco horas duró casi dos días.
Las tropas rusas avanzaban hacia Kiev a gran velocidad
10:15 AM
Kiev
Ucrania
En otro barrio de Kiev, Alina no paraba de recibir mensajes de Telegram. La televisión estaba todo el rato encendida, aunque la estaba enfermando. En un momento dado, tuvo que salir a tomar aire y bajó al supermercado. Seguía funcionando: largas colas de gente intentando abastecerse para salir corriendo y huir. “Yo veía a las pobres cajeras que estaban a punto de desmayarse de la tensión”.
10:45 AM
Alina
“Había tanta tensión que tuve que tomar pastillas para la ansiedad, los cuatro primeros días fueron como un año”
11:30 AM
Yuri
“Pero al final no es tan dramático. Tienes que actuar, moverte, tomar decisiones, seguir adelante”
“En dos horas ya ves el efecto de la guerra”, dice Yuri, su pareja y empresario de importación y exportación. Soldados en la calle, las sirenas, empiezan a aparecer check points y erizos como setas. “Es como una película posapocalíptica en one-shot. Eres el protagonista y tienes que actuar sí o sí”.
Así que Yuri arrastró a Alina y la metió en un coche. A veces, en la guerra, aparecen situaciones surrealistas que acaban convirtiéndose en un chiste nervioso. Mientras metían a toda prisa en el coche todos los bártulos, quizá para no volver, un grito: “¿Y mi pez?”. “¿¿¿¿Qué narices con tu pez????”. Alina no era capaz de abandonar a su pez a la llegada de los rusos.
Dos rutas para huir de Kiev hacia el oeste
Yuri sabía que huir de Kiev hacia el oeste por la carretera del sur iba a ser una odisea por los cientos de miles de familias que estaban haciendo lo mismo. Entonces, tomó una decisión aparentemente contraintuitiva: ir hacia el norte. Hacia Gostomel, Irpín, Bucha, que en los siguientes días se convirtieron en escenarios del terror ruso.
Efectivamente, la carretera estaba despejada… Hasta que se topó de frente con los tanques rusos y sus helicópteros. Avanzaban hacia Kiev, y llegarían ese fin de semana, con el objetivo de hacer capitular la ciudad. Pero Yuri aceleró y se salió de la carretera buscando huir, Kiev resistió y Zelenski no abandonó la ciudad.
Esas 24 horas fueron una crisálida de transformación para Ucrania y la sociedad. Pavlo es voluntario en la zona de Mykolaiv y la recién recuperada Jersón. Iuliia ha escrito un libro sobre la resistencia ucraniana. Yuri utiliza sus contactos para traer desde Polonia suministros al Ejército. Haiane ha regresado en hasta tres ocasiones a Bajmut para cubrir el avance ruso.