Primeros buques, como el USS Pinnace, llegan a Palomares y se inicia una búsqueda aleatoria en el mar, mientras prosigue la búsqueda terrestre entre vientos del SO de hasta 50 km/h.
Franco, al leer una noticia de The New York Times, enfurece. Censura su publicación en España y ordena a las fuerzas del orden retirar de los quioscos toda la prensa extranjera.
Más de 400 personas buscan a pie la bomba sin protección por los alrededores, con vientos de hasta 94 km/h. Según médicos JEN, situación sanitaria puede considerarse satisfactoria por resultados poco alarmantes.
Ramos (JEN) se reúne con el coronel Rodhes. Acuerdan la compra de cosechas y animales a los afectados, quitar varios centímetros de tierra y hacer un pozo de grandes dimensiones como cementerio nuclear.
Se analiza la creación de un cementerio nuclear en Palomares. El diario Ya es el primer periódico que se atreve a salirse de la línea oficial y pública por primera vez en España que los militares norteamericanos buscan una bomba nuclear.
JEN aprecia una radiactividad 200 o 300 veces superiores a lo normal en algunos puntos y no está de acuerdo con el tratamiento de enterramiento superficial de las partículas de plutonio.